esta exposición consiste de veinte obras en las que intenta plasmar escenas de violencia cotidiana tal y como se viven en la Guatemala.
Con el nombre quiero llamar atención al hecho de que si folclor
se entiende como la expresión de la cultura de un pueblo, y la cultura de un pueblo es en sí un conjunto de comportamientos colectivos propios, considero que cabe preguntarnos si en Guatemala la violencia continúa consolidándose como parte de la construcción de nuestra identidad.
Me he sentido llamado a pintar estas situaciones ya que en mi
opinión de tanto vivirlas y/o verlas observo que a menudo su impacto pasa desapercibido y así casi silenciosamente continúa
perpetuándose como el diario vivir para miles de personas a lo largo, en mi vida personal he podido sanar solamente aquello que he estado dispuesto a mirar, y siento que de similar manera como sociedad guatemalteca nos toca reconocer como han mutado hoy en nuestro sentido de ser, diario vivir y construcción social, generaciones de comportamientos violentos heredados.
Es así, que entendiendo la violencia como este sistema
distorsionado de relaciones deshumanizadas y deshumanizantes,
Neo Folclor quiere invitar al espectador a ese mirar(se) franco y sin pelos en la lengua, con la intención de ser un paso más hacia ese necesario sanar para dejar de reproducir ciclos de dolor y violencia social innecesariamente.
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